sábado, 20 de agosto de 2011

Movimientos y dicotomías

Acabo de leer un artículo que intenta poner en relación las Jornadas Mundales de la Juventud Católica con el Movimiento 15M.

Partamos de la base de que no estoy de acuerdo con el calificativo “Movimiento” para todo lo que ha pasado a partir del 15 de Mayo. Para mí, esta forma de homogeneizar, de convertir un movimiento complejo en algo simple, lleva implícita un menosprecio, una descalificación –por algo “simple” es sinónimo de “tonto”. Si vemos a miles de personas en las plazas, en la calles, manifestando su inconformismo, su crítica ante los desmanes del sistema social y financiero, tenemos dos opciones: pararnos a escucharlos uno a uno -algo tedioso, lo sé- o creer que son una turba que no pide nada concreto.

¿También son una turba homogénea los jóvenes católicos? Quiero creer que no, pero cuesta, mucho, al ver que alaban y aplauden una institución que se ha basado, durante cientos de años, en el dogma. El dogma no es más que una interpretación concreta, indiscutible de la Biblia, realizada por mentes supuestamente autorizadas, que debía ser acatada por todos los buenos cristianos.

Desgraciadamente, la Iglesia –que no el cristianismo- se ha basado siempre en esas dicotomías: pecador/piadoso, infiel/cristiano, buen cristiano/ mal cristiano o un cristiano regular o pobrecito cristiano que ojalá Dios te reconduzca, cristiano/inmoral. Actitudes como ésta me han hecho renegar absolutamente del catolicismo.

Por otro lado, la Iglesia no sólo observa y predica un dogma escrito hace dos mil años, sino que ha ido creando otros dogmas a lo largo de la historia, hasta nuestros días, hasta ayer mismo, cuando Ratzinger y Rouco soltaron sus patéticos discursos contra el laicismo y la sexualidad. Sí, otra vez más.

Patéticos discursos, sí, pero aplaudidos y vitoreados por miles de jóvenes que asentían a todos sus planteamientos … ¿a todos? Por sus camisetas y sus cánticos diría que sí … pero quizás alguno de ellos creyera lógico que su religión debe enseñarse sólo en la Iglesia o no vea nada de malo en disfrutar de su cuerpo y expresar afectos a través de él … quizás alguno de los que se congregaban allí resopló y se puso a ojear su mochila, esperando que pasara esa parte del discurso, con la que no comulga. Esa mochila que llevaba los catorce días que durmió en Sol.

Sí, habéis leído bien, contemplo la posibilidad de que “un 15 M” sea también un “papaflauta”. ¿Es eso ponerlos al mismo nivel? Desde luego que no, pero pienso que el paro, la especulación bancaria, la corrupción política es algo tan evidente … que puede haber movido a cualquiera a acampar en las plazas. La Iglesia es una institución de 2000 años, que ha montado muy bien sus andamiajes ideológicos, débiles, pero estables, como un castillo de naipes, que puede aguantar años en pié, pero sucumbe ante el dedo de un niño. ¿Por qué creer en una Institución así?

Humildemente, creo que es muy peligroso creer en dogmas (del gr. dogma ‘opinión’, ‘creencia’) pero más peligroso aún es convertir ideas, supuestamente reflexionadas, en dogmas. Prefiero hablar de convicciones, de verdades demostrables que pueden ser empíricamente constatables, como que la religión, como tal, no tiene sitio en las instituciones educativas; como que los cambios sociales deben estar unidos a cambios políticos; y, creo, quizá con toda mi fe, que no necesito líderes espirituales ni políticos, sólo necesito un proyecto, trabajo y a vosotros.

P.D.: El artículo http://blogs.publico.es/fueradelugar/837/sobre-el-15-m-y-las-jmj

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