domingo, 21 de agosto de 2011

Bye, bye, Ratzinger

Vuelvo a hablar de los papaflautas, para señalar que, aunque me pese, han ganado. El paso de Ratzinger por España ha supuesto la práctica mas efectiva del dicho "Que hablen de ti, aunque sea mal". Y es que muchos de nosotros hemos gastado tiempo y saliva en criticar este acto absurdo, en señalar los defectos de una institución como la Iglesa, que sentimos totalmente ajenas y que no ocupa ya ni un ínfimo rincón de nuestras vidas.

Pero ahí estaban esos miles de chavales, con sus mochilas y sus rosarios. Le dieron un micrófono a Ratzinger y a Rouco para expresar sus ideas, para decir lo de siempre, moderados pero con su par de pildorazos de cara a la galería. Son libres de hacerlo, claro que sí, de exponer determinados planteamientos éticops, sociales y políticos, como también hay libertad para atacar la teoría de la evolución o defender el geocentrismo.

No pasa nada, son opiniones, ideas ... cuya validez está descartada científicamente, empíricamente ... sí, de acuerdo, pero mientras no se pongan violentos, pueden defender incluso que la ley de la gravedad es discutible o que es falsa, son palabras.

¿De qué nos serviría a nosotros discutir sobre la ley de la gravedad? De nada, como no nos sirve de nada serguir dando argumentos en contra de la supuesta autoridad moral y la desvergüenza política del Vaticano. Es absurdo.

Me diréis que está claro, que lo realmente indignante es el desmesurado apoyo político, institucional y oficial que ha tenido este acto. ¿Qué esperábamos del gobierno de Madrid? nunca han escondido sus ideas y, aún así, los madrileños lo votan, es su problema ... Más triste ha sido el apoyo desde el Gobierno de Rubalcaba, pero es que el PSOE nunca se ha posicionado claramente en ese tema ... La iglesia sigue teniendo beneficios fiscales y un puesto preferente en el sistema educativo... estos aspectos y otros muchos deben cambiarse y debemos presionar para que se cambien. Si, mientras tanto, se toleran e incluso se apoyan parafernalias de esta índole ... están siendo coherentes consigo mismos.

Empecemos a predicar con el ejemplo, no gastemos más tiempo en mirar atrás y sigamos con nuestras vidas, cultivando nuestra salud intelectual, moral y espiritual ... a través del trabajo, el estudio y el amor. Para eso, no necesitamos ningún pontífice.

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