Hace meses que empecé a plantearme escribir un blog. Como ocurre con todo lo que se piensa o uno se plantea durante mucho tiempo, este blog y, en concreto, esta primera entrada la he imaginado de mil formas distintas.
Durante meses pensé que tendría que escoger cada palabra, medir cada frase y sorprender con sutiles alamares retóricos, para hacer atractivos e interesantes esos temas sobre los que -suponía- habría investigado durante meses. He desistido.
En esta primera entrada me voy a limitar a dejar constancia de un hecho evidente. Voy a escribir. Voy a escribir durante unos días, que espero sean meses y algún día se conviertan en años. Lo importante es que he decido escribir y compartir lo que escribo
¿Por qué, pudiendo hacer otras cosas? Pues tengo muchos motivos para ello: motivos de peso, motivos infantiles, motivos pretenciosos, motivos absurdos e incluso motivos íntimos para escribir … pero no son importantes.
Tampoco me parecen importantes las razones que me han llevado a querer compartir lo que escribo. Por ahora sólo confesaré una: porque puedo.
Bienvenidos a mi aleph.
Amigo Jose, es un placer leerte. Lo voy a seguir haciendo. Como bien dices, no necesitamos razones para hacerlo, pero cada amigo que se decide a plasmar textos e ideas, a compartirlas con los demás, es, o al menos lo es para mi, una motivación para seguir creando, para seguir escribiendo, para seguir pensando, y para seguir sintiendo. No te voy a aconsejar (no es para nada mi estilo), pero si te voy a pedir una cosa. Diviertete con lo que haces.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Antonio. Agradezco tu comentario, por tu experiencia como bloguero, como lector, escritor de relatos ... en fin, pero más que tu faceta literaria, valoro la sinceridad de esta amistad que compartimos desde vete tú a saber cuándo ... Intentaré estar a la altura y atender a tu petición, aunque creo que no me costará mucho, ya que si -según dicen- la fe mueve montañas, el afán de diversión debería trastocar el eje terrestre ... Un abrazo
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